El juego de los aranceles ha empezado. La guerra comercial abierta por Donald Trump contra China ha obligado a Volvo a mover producción para evitar el sobrecoste del 25%. La compañía ha iniciado ya el trapaso de producción de las unidades del modelo XC60 destinadas al mercado de EEUU desde el emplazamiento actual en China a la factoría de Volvo en Suecia. De esta manera, los coches que se venderán en EEUU no tendrá arancel porque por ahora no se aplica a los vehículos ‘made in Europe’.
La medida anunciada por Volvo forma parte de los movimientos iniciales del efecto dominó generado por la aplicación de aranceles en EEUU a una lista de productos de China, que incluyen los vehículos, y la respuesta del Gobierno chino de gravar los bienes norteamericanos. El presidente y consejero delegado de Volvo, Hakan Samuelsson, ha indicado, en declaraciones a Reuters, que la compañía se reorganizará parra asumir producción del modelo XC60 destinada a EEUU en la fábrica de Europa, con lo que la factoría de China seguirá fabricando las unidades para el resto de mercados al margen de Norteamerica y Europa.
La marca estudia tomar una medida similar con el modelo S90, que también se produce en China y que se verá afectado por el nuevo arancel de EEUU. Una de las alternativas también consiste en producir el modelo en la nueva factoría de Volvo en EEUU, abierta recientemente y en la que de momento se fabrica el modelo S60.
Volvo ha anunciado un nivel récord de beneficio operativo de 405 millones de euros en el segundo trimestre de 2018 gracias a un crecimiento del 28,6%. Las ventas de Volvo en la primera mitad del año ascendieron a 317.639 vehículos, lo que representa una mejora del 14,4%. La marca destaca que, desde su adquisición en 2010 por el grupo chino Zhejiang Geely Holdings, ha transformado por completo sus operaciones extendiendo su huella de producción global.