"La primera vez que lo vimos en Japón, se me puso el vello de punta", confiesa Juan López Frade, presidente de la filial española de Suzuki Motor, sobre el Jimny, la última criatura nacida en el seno del constructor japonés. Hoy, aquella sensación se antoja premonitoria del fenómeno que se está viviendo alrededor de este coqueto y minúsculo 4x4, llamado a convertirse en un icono sobre ruedas. "A mediados del pasado julio, hicimos una pequeña presentación a los medios. En las dos siguientes semanas, hubo una avalancha de clientes dispuestos a dejar una señal de 500, 1.000 o 2.000 euros para comprarse uno. Querían ser los primeros, aunque sólo lo habían visto en foto y tampoco había precio. En septiembre, ya teníamos 500 pedidos en firme", recuerda el ejecutivo.
A estas alturas son 1.500 unidades comprometidos. Podrán parecer pocas en esta industria de cifras millonarias. Pero son muchas porque se trata de un coche de concepto elitista; porque todas se han vendido sin descuento, algo impensable en España; y porque la mayoría de compradores esperarán meses para recibirla. Una fidelidad que va todavía más allá en Reino Unido: allí, los pedidos que están aceptando son para 2020...
¿Y qué ha sido capaz de despertar semejante revuelo? Pues un automóvil de 3,65 metros de largo, alto, estrecho y de formas tan cuadradas que serían indefendibles para más de un gurú del diseño, aunque ya estaban presentes en las tres generaciones anteriores.
Son trazos casi industriales que evocan un vehículo rudo, silvestre. Son sus formas las que ponen el foco en el modelo japonés, reconocible como un Jimny por los faros redondos, las luces posteriores en el paragolpes o el portón del maletero con rueda de repuesto incorporada.
El fenómeno empezó en Japón, a mediados del año pasado, cuando se inició la venta. La locura fue tal que los concesionarios empezaron a dar plazos de espera de hasta año y medio. Y al constructor no le quedó otra que ralentizar las exportaciones a regiones como Europa. En Sudamérica y Sudáfrica, ha retrasado su lanzamiento. "Hasta me llamó un familiar al que no veía hace 20 años. Me pidió una rebaja. No se la hice, pero creo que ya tiene el suyo", cuenta López Frade como anécdota.
Hablamos de un todoterreno puro y duro, nada que ver con los descafeinados SUV tan en boga. Frente a ellos, el Jimny se beneficia de un robusto chasis de largueros y travesaños, ejes rígidos y tracción total con reductora. Si a ello unimos la altura libre al suelo de 21 centímetros, los excelentes ángulos off road y que no pesa ni 1.100 kilos, podrá ver a este ingenio sortear obstáculos sólo al alcance de vehículos mucho más caros y preparados.
A cambio, exige una cierta calma en conducción por carretera, su habitáculo recubierto con plásticos duros sólo cuenta con cuatro asientos (que pueden abatirse para transformar el interior en una cama) y llamar maletero a los 83 litros que quedan de hueco es ser muy generoso. Si se abaten las dos últimas plazas, tendrá una mini furgoneta.
Mejorada y agrandada, es la fórmula que nació en 1970. Ese año apareció el primer modelo de la saga. Se mantuvo hasta 1981, cuando fue reemplazado por la segunda generación, que se fabricó en nuestro país, igual que la tercera de 1998 y que se he mantenido a la venta hasta ahora.
En ese tiempo, se han fabricado 2,85 millones de unidades en todo el mundo con un perfil de cliente, al menos en España, que rondaba los 50 años y vivía en zonas rurales. Un universo que ha cambiado radicalmente con la nueva generación. De hecho, el 90% de los compradores nunca antes tuvieron un Suzuki. Su edad media ha bajado a los 35 años y cada vez hay más urbanitas. Así que no será casualidad que la mayoría se decanten por el color Yellow Kinetic, un amarillo nada discreto, justo lo contrario que el Verde Jungle que lleva el coche de este reportaje y que busca que el vehículo se mimetice, cual camaleón, con el entorno.
Justo lo que llevan haciendo los miles de Suzuki repartidos por el país. "Es una marca con uno de los parques más longevos. Vayas donde vayas hay uno. Y tendrán 20 o 30 años, pero siguen funcionando", asegura Fernando Bello, dueño de una empresa de eventos... y de 17 vehículos de la marca, siete son Jimny de todas las épocas.
Esas bondades las mantiene y mejora el nuevo modelo, que cree será un "coche de culto". Como lo han sido los anteriores entre los aficionados al todoterreno. "Con 1.500 o 2.000 euros puedes mejorar ruedas, suspensiones y bajos y ya tienes una verdadera máquina". Esto ha hecho que se coticen bien como usados y Bello dice que no es extraño que le dejen ofertas de compra en el parabrisas. "Yo también lo he hecho cuando he visto alguno que me interesaba.
Como los buenos vinos, el Jimny no ha ido sino ganando recursos con el paso de los años. Siempre como un gran 4x4, pero cada vez más seguro, confortable y equipado.
LJ. Fue el primer mini 4x4 producido en masa en Japón. Esta serie arrancó con el LJ10 de 25 CV, puerta de lona y tres plazas; y culminó con el LJ80 de 41 CV. Todas las versiones tenían ya reductora y tracción integral. Se construyeron 243.000 unidades.
SJ/Samurai. El concepto se asienta, se moderniza y gana en comodidad, con dirección asistida y suspensión de muelles. Se ofrecía en versión carrocería corta, larga, "pick up", descapotable, etc. Se hicieron 1,7 millones de unidades, 253.000 en España.
Jimny. Regreso a la denominación original como única opción en un coche más amplio y de estética suavizada. La razón: llegar a un mayor público, incluso femenino, además del rural o el aficionado al 4x4. La producción alcanzó los 918.000 vehículos.
Único. Todas las versiones del nuevo modelo que se vendan en Europa vienen con pasos de rueda ensanchados y protecciones por la carrocería. El motor de gasolina no puede llevar la hibridación que sí tienen otros modelos de Suzuki.
FUENTE: www.expansion.com