La labor del copiloto en el Dakar es casi tan importante como la del propio piloto y pocos como Diego Vallejo saben desempeñarla de forma tan impecable. El gallego, que lleva participando en rallys como copiloto desde 1989 y acumula 385 carreras a lo largo de su dilatada trayectoria, se sienta a la derecha de Óscar Fuertes en el equipo SsangYong Motorsport, siendo una pieza clave en la consecución del objetivo de llegar a meta con el Tivoli DKR el pasado año. Vallejo es todo un triple finisher del Dakar, y uno de los pocos copilotos que ha conseguido terminar tres Dakares en tres participaciones, además lo ha hecho con tres pilotos y tres equipos diferentes. Desde el próximo día 7, volverá a acompañará Óscar Fuertes por segundo año consecutivo, con el objetivo no sólo de volver a llegar a meta, sino de luchar por una mejor posición en la clasificación general.
Diego lleva meses analizando el recorrido del Dakar 2019 y obteniendo toda la información posible, pero antes de la carrera la organización sólo comparte el nombre de las poblaciones de inicio y fin de cada etapa, además de los kilómetros recorridos cada jornada y algunos datos superficiales del recorrido. De esta forma se aseguran de que todos los participantes, compitan en las mismas condiciones, sin saber con certeza a qué se van a enfrentar.
El Dakar 2019 se va a celebrar de forma íntegra en Perú, con un recorrido en bucle que comenzará y acabará en la capital del país, Lima. Aunque pueda parecer que al celebrarse en un solo país, la aventura vaya a ser más fácil, los participantes coinciden en que va a suceder todo lo contrario. Diego Vallejo, experto copiloto del equipo SsangYong Motorsport, advierte que la edición de este año va a ser una de las más difíciles. En total serán 5.000 kilómetros de recorrido, 3.000 de ellos cronometrados, repartidos en 10 etapas. De acuerdo con la organización, el 70% de todo el Dakar 2019 será sobre arena.
“Creo que va a ser un Dakar muy duro, por la cantidad de kilómetros que vamos a hacer en arena con una media de 300 kilómetros al día, más que nunca en el Dakar. Tantas etapas sobre arena harán que la carrera sea muy lenta. Además, la navegación va a ser un factor clave, ya que sabemos que gran parte del recorrido va a transcurrir por el desierto”, ha señalado Vallejo, que también asegura que se hablará mucho de las dunas y el “fesh-fesh”, que puede ocasionar más de un susto a los participantes.
Las cinco primeras etapas del pasado Dakar 2018 se disputaron en Perú y los participantes sufrieron en las gigantescas e impredecibles dunas. La dupla Fuertes-Vallejo no fue una excepción padeciendo la dureza del Dakar en estas condiciones, pero el buen comportamiento de su Tivoli DKR fue clave para superar los numerosos obstáculos.
Los pilotos y copilotos disponen de muy poca información sobre el recorrido de la carrera antes de su inicio. De hecho, prepararse para el Dakar es una labor casi imposible por la escasa información entregada a los participantes antes de la carrera. Diego Vallejo, copiloto de SsangYong Motorsport, confiesa que la única herramienta que tiene para inspeccionar el terreno antes de llegar al lugar de celebración el Dakar son los mapas. Lo que sí han podido hacer Fuertes y Vallejo es prepararse físicamente mejor que nunca para afrontar en las mejores condiciones una edición del Dakar que pondrá al límite su resistencia.
Este año, los entrenamientos previos a la carrera también han sido al volante, ya que ambos han tenido la oportunidad de completar seis jornadas de pruebas en Dubái, donde se han enfrentado a dunas similares a las que se encontrarán en el temido desierto peruano. Este entrenamiento hace apenas dos meses, ha sido clave para afrontar el rally añadiendo 600 kilómetros extra de rodaje en dunas a la experiencia en carrera del último Dakar.
Durante la carrera, los copilotos cuentan como bien más preciado con el libro de ruta (roadbook), en el que está marcado el rumbo que han de seguir los participantes para ir validando cada punto de paso (waypoint) y algunos detalles, referencias y peligros. “Es importante leerlo bien y ver con atención los avisos que te da la organización”, asegura Vallejo.
Cada día, tras alcanzar la meta de la etapa, los equipos reciben el “roadbook” de la jornada siguiente. Muchas veces se ha de revisar y preparar nada más terminar la jornada competición, a altas horas de la madrugada, teniendo que elegir entre dormir y llegar descansado a la siguiente jornada o acostarse a altas horas de la noche –o incluso no dormir– para comenzar el día con el recorrido bien analizado.
Diego Vallejo conoce a la perfección la labor de copilotaje de un coche de rallys y raid. El gallego, nacido en Meira (Lugo) en 1973, ha competido desde que tenía apenas dieciséis años. Desde el campeonato regional gallego hasta los campeonatos de España o del mundo (WRC), Vallejo ha compartido coche con pilotos como su hermano Sergio, Albert Llovera, Dani Sordo, Manuel Muniente, Ramón Ferreyros, José López Rivas, Rubén Gracia y Óscar Fuertes.
“He conseguido mucho más de lo que hubiese soñado de pequeño”, admite el copiloto, que cuenta con tres títulos nacionales, dos de rallys de asfalto y uno de todoterreno. “En mi pueblo, de pequeño, jugaba con la bicicleta soñando que estaba corriendo en el Dakar. He estado ya tres veces y voy camino de la cuarta. Es algo que sueñas pero que nunca piensas que te va a pasar. Siempre he tenido compañeros excelentes al volante, lo que hace mi labor mucho más fácil”, señala Vallejo, que confiesa tener una fantástica relación con su actual piloto, Óscar Fuertes, a quien afirma haberle confesado secretos de su vida “que solo sabe él”. Son muchos tiempos muertos, muchos enlaces y, en definitiva, muchos kilómetros y horas en el interior del coche.
La labor del copiloto es a veces poco agradecida, pues los titulares –sobre todo en los éxitos deportivos– se los suele llevar el piloto. En este sentido, Vallejo piensa en que el copiloto es como el portero de fútbol: “No ganamos los partidos, pero podemos perderlos. Siempre estamos un poco en la sombra. Y al final un buen piloto con un mal copiloto no es capaz de ganar, y al revés pasa lo mismo. Por muy buen copiloto que sea, si no tengo un buen piloto no vamos a ir a ningún lado. Es una labor de equipo”, reconoce.
En SsangYong Motorsport Vallejo asegura no tener ese problema. “Óscar siempre me agradece todo lo que hago, a veces pienso que demasiado”. Desde su llegada al equipo el año pasado, Diego confiesa sentirse uno más de la familia y una pieza importante del proyecto: “Me tratan muy bien y eso se nota a la hora de trabajar”. En solo unos días estará luchando por volver a alcanzar la meta en el Dakar por cuarta vez en su vida y por segunda vez a bordo de un SsangYong.