Octubre es la fecha elegida por Kia para poner a la venta en Europa el nuevo Stonic, llamado a ser uno de sus grandes éxitos de ventas. Aunque solo fuera por pertenecer al segmento del mercado más dinámico. A saber: el de los todocaminos de pequeño tamaño (o B-SUV). De ellos se comercializan hoy 1,1 millones de unidades (un 7% de cuota) en el Viejo Continente, pero deberían llegar a los dos millones de vehículos en 2020. Entonces, estos coches se habrían colocado ya por encima de los todocaminos de tamaño medio (Qashqai, Sportage...) representando una de cada 10 matriculaciones.
Pero claro, al reclamo de este pastel acuden cada vez más aspirantes, así que a la guerra hay que ir con argumentos. Los del Stonic los pudimos conocer, prueba de conducción incluida, hace unas semanas en Corea del Sur, en el centro de I+D y pruebas que el grupo formado también por Hyundai tiene en Namyang. Como suele ser habitual, las unidades de pruebas tenían la carrocería camuflada, aunque poco después podríamos verla al descubierto tal y como acaba de ser presentada esta semana en Milán.
Y lo primero que se nos vino a la cabeza es que es de los SUV que menos lo parece. O quiere, porque así lo ha buscado la marca. Con independencia de que la imagen es robusta (pasos de rueda resaltados, protecciones plásticas...) como mandan los cánones, más que engatusar con salidas camperas la idea es conquistar con unas buenas maneras al volante.
El coche mide 4,14 metros de largo, 1,76 de ancho. Por cierto, el Stonic será el Kia con mayores posibilidades de personalización que ha hecho, pero siga un consejo: los colores muy oscuros no le sientan nada bien. En total se ofrecen nueve para la carrocería, y otros cinco para el techo, el arco superior y los espejos aunque las combinaciones se han limitado a 20. Destaca el estilo 'targa' que se ha buscado en la parte trasera de forma que la coloración del pilar C (trasero) se prolonga por el techo. Una fórmula que toma del prototipo Provo del año 2013.
Puertas adentro, algunos apliques como los que rodean la pantalla de navegación o la parte baja de la consola también se pueden pedir con una decoración distinta. El salpicadero es prácticamente el del utilitario Rio, ya que se basa en este modelo. Cuenta con un diseño muy limpio, con toda la botonería e instrumentación colocadas pensando en el conductor. La pantalla multifunción de siete pulgadas admite protocolos Apple CarPlay y Android Auto, pero no la climatización cuyos mandos son independientes. En general es mejor la terminación y ajuste de las piezas que su propia calidad, ya que hay mayoría de plásticos duros.
Pese al contenido tamaño, la habitabilidad es buena si medimos detrás a la altura de los hombros o el hueco para las piernas que se consigue, en parte, bajando la banqueta posterior. Esta no tiene regulación en distancia. El maletero, con 352 litros (20 menos con rueda de repuesto de emergencia) y doble fondo, se encuentra en un término medio. No hay mayores problemas para acceder y algo ayudarán a ello que los asientos vayan estén cuatro centímetros más altos que en el Rio.