El Levorg es un familiar con tracción total que sustituye a l Subaru Legacy y deriva del WRX STI, con el que comparte muchas piezas de la carroceria, las medidas básicas del coche y las suspensiones.
En el apartado mecánico, ofrece un motor gasolina de 170cv acoplado a una caja de cambios automática.
El Levorg, es sobre todo un coche funcional. Es algo que queda de manifiesto cuando se accede a su interior, sencillo pero no exento de un diseño que también transmite calidad y permite apreciar el buen trabajo de ajuste de los operarios japoneses.
El puesto de conducción revela que su origen es una berlina deportiva, como es el WRX STI, puesto que se va sentado muy bajo.
Los asientos resultan muy cómodos por un relleno que resulta consitente y aguanta sin hundirse en viajes largos. Gracias a ello no se echa en falta la regulación lumbar. Y es de agradecer, en vista de lo que pasa en otros modelos, que los reposacabezas se puedan inclinar más o menos para ajustar su distancia respecto a la cabeza de los pasajeros.
Es más amplio que algunos competidores de la misma categoría, como el Audi A4 Avant.
En marcha, como ocurre con todos los modelos de la firma, el funcionamiento del motor bóxer típico de la casa es muy silencios y prácticamente carece de vibracioens. La suspensión es firme, pero no incómoda y aísla muy bien el habitáculo de los ruidos de la rodadura de los neumáticos. Se puede decir que el coche tiene un gran confort de marcha.
El motor es muy progresivo y recupera bien de bajas velocidades incluso en marchas largas, pese a lo relativamente reducido de su cilindrada.
El cambio es de variación continua pero muy bien puesto a punto por lo que no produce la sonoridad qeu en otros automóviles que llevan este tipo de cambio.
El balance final de la prueba del Levorg es que es muy recomendable.
SIMPLICIDAD, la presentación interior es sobria pero transmite sensación de calidad