Seguramente todos hemos leído muchas veces sobre conducción autónoma, conducción semi-autónoma y conducción asistida. Son conceptos que se mezclan y, en ocasiones, se confunden. No significan lo mismo, y en este artículo vamos a aclarar qué es exactamente lo que se entiende por conducción asistida. También veremos qué diferencia existe entre este concepto y los otros dos.
La conducción asistida engloba a todos los sistemas de ayuda a la conducción. Un coche con sistema de control de velocidad adaptativo es un coche que proporciona asistencia a la conducción. Cualquier ayuda al conductor, por insignificante que parezca, entra dentro de este esquema. Es cierto que existen sistemas más o menos sofisticados, y otros que son tan habituales que ni siquiera los consideramos, como podrían ser el ABS o el control de crucero.
En el fondo, todos estos sistemas contribuyen a ayudar al conductor: el ABS ayuda a que no se bloqueen las ruedas en ciertas circunstancias, aumentando la seguridad; el control de crucero ayuda al conductor a mantener una velocidad constante, de manera que la atención se pueda centrar en la propia carretera y no en si se está superando el límite de velocidad, o si el ritmo fluctúa.
Hay otros sistemas más sofisticados. Son sistemas que pueden llevar a algunas personas a pensar que permiten la conducción autónoma, pero siguen siendo sistemas de asistencia a la conducción. Hablamos, por ejemplo, de City Safety. Forma parte del equipamiento de seguridad de serie en todos los modelos de Volvo Cars.
City Safety es un sistema que ayuda a identificar posibles peligros, y a evitarlos en la medida de lo posible. Todos los vehículos Volvo Cars de nueva generación disponen de este sistema de serie. Utilizando radar y cámaras de vídeo, es capaz de detectar la presencia de otros vehículos, ciclistas, peatones y animales de gran tamaño en la trayectoria del vehículo, día y de noche. En el caso de detectar una colisión inminente avisa al conductor, y si este no reaccionase a tiempo, aplica los frenos automáticamente para evitar o mitigar la colisión.
El sistema puede evitar una colisión si existe un diferencial de velocidad entre el obstáculo y el vehículo de 50 km/h, o menos. Si la diferencia es mayor, el sistema mitiga los efectos de la colisión. En algunos casos, el sistema dispone de una función de asistencia a la dirección, para poder girar el vehículo y evitar los peligros de manera más eficaz y segura.
Pilot Assist es otro sistema de asistencia a la conducción. Forma parte de IntelliSafe Assist, un conjunto de funciones con un alto nivel de asistencia colaborativa, cómoda e inteligente en situaciones de tráfico cotidianas. Está pensada para reducir el esfuerzo del conductor en situaciones de conducción aburridas, aumentando los márgenes de seguridad. El sistema mantiene la velocidad y la distancia de seguridad, y también mantiene la posición precisa y constante dentro del carril.
Pilot Assist funciona a velocidades de hasta 130 km/h y es útil en autopistas y autovías. En Europa y Estados Unidos está conectado al navegador y tiene una función conocida como “horizonte electrónico” que aumenta la precisión y el rendimiento del vehículo en las curvas.
La diferencia entre la conducción asistida y la conducción autónoma es fundamental. En la conducción autónoma no es necesaria la presencia de un conductor, ni es necesario utilizar ninguno de los mandos del vehículo. La conducción asistida requiere de la presencia del conductor y de la atención constante de este. No es posible dejar de prestar atención a la carretera, porque los sistemas de ayuda al conductor apoyan la conducción, pero no se encargan de todos los aspectos de la misma.
Cuando sea viable disponer de vehículos completamente autónomos, estos serán capaces de transportar personas de un lugar a otro atendiendo a todas las pequeñas tareas de la conducción, superando cualquier situación, por extraña o novedosa que sea, y ni siquiera será necesario disponer de un volante o pedales. Mientras tanto, la tecnología nos permite disfrutar de la conducción asistida.