La Fábrica de motores de Volvo Cars de Skövde, en Suecia, es la primera fábrica de la empresa sin impacto en el clima, ya que desde el 1 de enero de 2018 utiliza calefacción renovable.
Skövde es la primera Fábrica de la red mundial de Volvo Cars que consigue esta categoría, lo que supone un importante paso hacia el objetivo de que, en 2025, sus procesos de fabricación no tengan ningún impacto sobre el clima. Skövde es, además, una de las pocas fábricas de la industria de la automoción en Europa sin impacto sobre el clima.
«Mejorar la eficiencia energética es nuestra máxima prioridad y, después, nuestro objetivo es obtener la energía que necesitamos de fuentes renovables», señaló Javier Varela, vicepresidente primero de fabricación y logística de Volvo Cars. «El logro de la fábrica de Skövde es muy importante y se suma a la iniciativa más amplia de minimizar nuestro impacto medioambiental. Estamos encantados de ser líderes de la industria de automoción en el cambio hacia la fabricación sin impacto sobre el clima».
Un nuevo acuerdo entre Volvo Cars y el proveedor local garantiza que toda la calefacción que se suministra a la fábrica de Skövde se genere a partir de la incineración de residuos, biomasa y biocombustibles reciclados. Desde 2008, junto con otras fábricas europeas de la empresa, el suministro de electricidad de Skövde procede de fuentes renovables.
«Es un motivo de orgullo para la fábrica de Skövde y para Volvo Cars», afirmó Stuart Templar, director de Sostenibilidad. «El respeto por el medio ambiente es uno de nuestros valores fundamentales. Junto con nuestro plan de que todos los nuevos Volvo lanzados a partir de 2019 sean eléctricos, los procesos de fabricación sin impacto sobre el clima van a reducir considerablemente nuestra huella de carbono como parte del esfuerzo global para solucionar el cambio climático».
Volvo Cars estudia continuamente nuevas formas de conseguir su objetivo para 2025. Por ejemplo, en 2016, la fábrica de Gante, en Bélgica, adoptó un sistema de calefacción urbana que redujo las emisiones de carbono en un 40%, evitando 15.000 toneladas de CO2 al año.