17 abril, 2018 por Rubén Fidalgo
En esta ocasión probamos el Opel Insignia 1.6 CDTi, tal vez la mejor opción para aquellos que usen el coche principalmente para largos desplazamientos. Sus grandes bazas son un consumo muy ajustado, un confort de marcha muy bueno y la seguridad que proporcionan elementos como sus faros matriciales led adaptativos.
Opel es una de las pocas marcas que apuesta por las carrocerías de 5 puertas en el segmento de las berlinas. Apenas el Opel Insignia y el Ford Mondeo apuestan por el mayor servicio que presta esta alternativa y prefieren la seriedad de las tradicionales 4 puertas. Como en su día probamos el Opel Insignia Sports Tourer con el motor de gasolina, en esta ocasión hemos elegido la versión diésel de 136 CV para comprobar sus buenas cualidades y la sensación ha sido muy positiva.
El Opel Insignia 1.6 CDTi tiene unas prestaciones más que suficientes, es agradable de conducir y sus consumos son sorprendentemente bajos. Además de poder hacer más de mil kilómetros sin repostar, los haremos a bordo de un coche muy confortable y espacioso, aunque no te lo recomiendo si los pasajeros traseros superan el metro ochenta y cinco de estatura.
Los principales rivales del Opel Insignia son, además del citado Mondeo, el VW Passat, el Renault Talismán, el Mazda6 y el Toyota Avensis, pero pronto llegará al mercado uno de los más duros, cuando por fin se comercialice el nuevo Peugeot 508 que tan buena acogida tuvo en el Salón de Ginebra de hace unos meses.
Frente a ellos, este Insignia juega con las bazas del confort de marcha, el espacio interior y el consumo ajustado para ganar la partida y no le va nada mal. Realmente es un coche muy cómodo para viajar y fácil de conducir.
Si estás buscando un coche principalmente para viajar, que gaste poco y que sea muy cómodo, éste es uno de tus candidatos.
Las carrocerías de 5 puertas no abundan en este segmento de berlinas grandes pese a que son infinitamente más prácticas y, en muchos casos, incluso más atractivas. Opel ha decidido reducir el número de carrocerías en esta nueva generación del Insignia y lo ha hecho prescindiendo de la silueta de 4 puertas, en mi opinión un acierto, sobre todo cuando el de 5 que puedes ver en estas imágenes es tan atractivo.
Aunque sigue recordando a su predecesor, el nuevo insignia ha afinado su diseño y es más estilizado y elegante, pero también más grande… demasiado. El Insignia Grand Sport mide nada menos que 4,9 metros. Hasta hace poco más de cinco años, sólo las grandes berlinas como los BMW Serie 7, Audi A8 o Clase S tonteaban con los cinco metros, pero es que ahora todos han crecido una barbaridad. Bueno, todos no, el nuevo Peugeot 508 ha optimizado su tamaño y se queda en unos más razonables 4,75 metros de longitud.
El frontal del Insignia es elegante y atractivo, pero se me parece demasiado en sus formas y en sus trazos maestros al del Mazda6, y prefiero el original japonés a la copia alemana, sinceramente.
La vista lateral deja claro que la aerodinámica ha sido muy tenida en cuenta, con un parabrisas muy tendido para reducir la superficie frontal y una zaga muy alargada y descendente para darle tiempo al aire a deslizarse sobre ella y evitar turbulencias. El resultado es atractivo y eficaz (la aerodinámica es muy buena), pero lo pagaremos con una reducida cota de altura en las plazas traseras, como veremos en el siguiente apartado.
La vista trasera es elegante y consigue un aspecto más deportivo que, por ejemplo, el Ford Mondeo, el otro modelo que también se ofrece con carrocería de 5 puertas en este segmento.
Las llantas de aleación con neumáticos 245/45-18 tienen un diseño atractivo y son fáciles de limpiar. Además, el acabado oscuro del interior de los radios disimula bastante bien la suciedad del polvillo de los frenos.
Los ajustes son de buena calidad y la tonalidad de la pintura está bien igualada entre los paneles de la carrocería y los paragolpes de material sintético. En general, el Insignia causa una buena impresión cuando lo vemos y cuando nos acercamos a él. Sin embargo, hay detalles mejorables, como la mala idea que hay en que sea pulsando el logo de Opel en el portón la manera de abrirlo. Cuando lo pulsas, la chapa se deforma para accionar el pulsador oculto tras ella. Da la sensación de ser blanda y plasticosa.
Los faros delanteros son muy rasgados y provocan una continuidad visual con las “alas” que enmarcan el rayo de Opel en la coraza. Su iluminación es muy buena gracias al sistema matrix led adaptativo, un elemento que no es nada frecuente en este rango de precios y que deja claro que Opel apuesta por la seguridad y el confort en los viajes.
Este ejemplar del Insignia nos sorprende al abrir las puertas con un interior muy acogedor y atractivo, en parte gracias al color marrón de los asientos tapizados en piel, como la parte central de los paneles de puerta. El diseño del salpicadero es elegante y está bien rematado, prolongándose y dando continuidad hasta las puertas delanteras. Esta solución, además de atractiva, hace que parezca que vamos más arropados en él, como envueltos.
Las plazas delanteras son muy espaciosas y el confort en ellas es envidiable gracias a unos asientos realmente buenos ergonómicamente, marcados con el sello AGR (Aktion Gesunder Rücken, algo así como Campaña para las Espaldas Saludables en alemán).
Gracias a estos asientos y a una columna de dirección regulable en altura y profundidad, la postura de conducción ideal se logra fácilmente en el Insignia, aunque algunos mandos nos quedarán a desmano, como los que están por delante de la palanca de cambios o los que encienden las luces de niebla delanteras y traseras, absolutamente apartados de la vista del conductor.
El cuadro de mandos tiene una información clara y muy completa, aunque el indicador del voltaje del sistema eléctrico es algo superficial y sería más interesante contar con un termómetro de aceite, especialmente en un coche turbo.
En la consola central echaremos de menos un puerto de carga inalámbrico, pero es que éste está en el cofre bajo el reposabrazos y se carga con el teléfono en vertical. La idea no es mala porque esto nos obliga a llevar el teléfono oculto y evitar la tentación de despistarnos con él, pero si se mueve algo el móvil al acelerar o al frenar deja de cargar correctamente.
Delante del selector tenemos un hueco con dos posavasos y otro más entre el la palanca de cambios y el reposabrazos. Éste es más profundo y permite llevar en el botellas de un litro.
El tacto de los mandos y de lo que tenemos que manejar con mayor frecuencia es bueno, pero el del selector del cambio es algo gomoso e impreciso. Tampoco está muy bien colocado, algo adelantado, lo cual hace que tengamos que separa la espalda del asiento para introducir la quinta.
Las plazas traseras son espectaculares cuando abrimos las puertas. Aunque tengamos el asiento delantero desplazado para un conductor de 1,9 m de estatura, sigue habiendo un hueco enorme entre la banqueta trasera y el respaldo delantero. Por desgracia, esta sensacional sensación de amplitud se desvanece cuando te sientas y ves que tu cabeza roza el techo cuando mides 1,85 m de estatura y te sientas correctamente. No tiene mucho sentido dejar un espacio para piernas de pasajeros altos y que sus cabezas no quepan, al final desaprovechamos gran parte de esos casi 5 metros de longitud.
Aunque algunos plásticos duros en determinadas partes como los paneles de puerta desentonan un poco, la impresión general que nos deja el Insignia es positiva.
En cuanto al maletero, el espacio de carga es bueno y mejor todavía su acceso gracias al enorme portón trasero. Además de mucho espacio lo podemos aprovechar, algo que no es posible, por ejemplo, en el Passat o el Mazda6, condicionados por el pequeño tamaño de sus portezuelas.
Si no nos llega con el espacio normal, pulsando unos botones abatimos los respaldos traseros y nos deja un gigantesco espacio de carga con un suelo completamente plano y una boca de acceso enorme.
El motor 1.6 DCTi rinde 136 CV que puede que no parezcan muchos para un coche de este tamaño. Sus rivales se mueven en el entorno de los 150 CV, pero éste no se descuelga demasiado. Sus prestaciones son suficientes y su tacto muy agradable, no echaremos de menos esa potencia extra.
El vano motor está bien encapsulado y no llegan apenas sonido ni vibraciones al habitáculo. Sin embargo, en las plazas traseras se escucha un sonido molesto, un ronroneo constante y grave que parece provenir del sistema de escape y se debe a una resonancia que se produce cuando marchamos entre las 2.000 y 2.500 rpm, justo el régimen de giro al que viajaremos en sexta de manera constante en autopista. Este sonido resta mucho confort a los pasajeros traseros.
La caja de cambios manual tiene unos desarrollos largos y con un escalonamiento abierto (hay mucho salto de revoluciones entre cada marcha), pero como el motor tiene bastante par, puede con ellos mejor de lo esperado y se beneficia de éstos para lograr unos consumos muy ajustados, como veremos en el apartado específico.
Las suspensiones adaptativas permiten endurecer el amortiguador o hacerlo más confortable. Como de costumbre con este tipo de sistemas, sólo es realmente eficaz en una de las posiciones, ya que el amortiguador debe trabajar en perfecta sintonía con el muelle y la dureza de éste es constante. Lo único que logramos es una mayor sequedad si lo ponemos en modo sport o un excesivo cabeceo cuando seleccionamos el “Tour”.
En la pantalla del sistema Intellilink podemos personalizar cómo queremos que se combinen los diferentes parámetros cuando elegimos el modo Auto, que se adapta a nuestra forma de conducir.
Sin lugar a dudas, la mayor virtud de este Insignia es su confort de marcha. Los viajes a bordo de este coche son placenteros y, gracias a sus consumos, económicos. Por su tamaño, la ciudad se le atraganta un poco y es en carretera y atopistas donde da lo mejor de sí.
Las suspensiones son confortables (esta unidad cuenta con la opción del sistema FlexiRide) y hacen que los pasos de cebra elevados y las bandas reductoras de velocidad no sean demasiado incómodas para los pasajeros.
Sus casi 5 metros de largo y un selector del cambio poco agradable de utilizar hacen que el rodar con él en el tráfico urbano sea algo tedioso, lo mismo que aparcarlo, pues no cabe en cualquier sitio. Tampoco la visibilidad es muy buena, con unos marcos de parabrisas y de la luneta trasera muy gruesos que provocan muchos ángulos ciegos. Lo que ayuda a hacer más llevaderos los atascos es que está bien insonorizado y que nos encontramos bastante aislados de los demás.
En autopistas es una delicia para viajar en él, al menos en las plazas delanteras. La mencionada resonancia de las plazas traseras empaña un poco este apartado para los pasajeros de la segunda fila. En curvas rápidas se siente seguro y es mejor llevarlo en el modo Sport para evitar que lleguen a hacer topes las suspensiones en caso de pasar por un badén o junta de dilatación en pleno apoyo a buen ritmo.
Moviéndonos por carreteras secundarias se nota el peso en las zonas más viradas y unas suspensiones que son suaves y confortables. La dirección es eficaz y el morro entra con bastante agilidad en los giros. La parte trasera nos ayudará si se lo pedimos, pero los tiempos de espera son largos, con unas inercias considerables.
A la hora de realizar adelantamientos habrá que hacer un buen uso del cambio, pero los 136 CV no son escasos y podemos viajar con bastante agilidad y hacer adelantamientos seguros.
En el circuito de pruebas, el Insignia confirma que sus tiempos de espera desde que damos la orden de girar hasta que todas las masas se asientan es prolongado, de forma que en la parte de curvas enlazadas es un poco torpe, pero mejor de lo esperado para su tamaño y planteamiento.
La maniobra de esquiva a 80 km/h no supone el menor problema y, aunque el ESP nos frena un poco durante la misma, la trayectoria es siempre segura. El control de estabilidad funciona correctamente y nos evita sustos de forma eficaz y sin brusquedades.
En cuanto a los frenos, las distancias son correctas y aguantan razonablemente bien el trabajo.
Como conclusión, el Insignia es un buen coche para viajar. Sus reacciones son seguras, es fácil de conducir y no nos cogerá por sorpresa. Además, es un coche que resulta muy agradable para los demás pasajeros gracias a unos asientos y suspensiones que parecen pensados para tirar millas sin fatiga.
Este Opel Insignia cuenta con un extenso listado de extras que hacen engordar la factura, aunque la suma total sigue siendo interesante y no es fácil encontrar una berlina de este porte y con este equipamiento por una cifra alrededor de los 36.ooo euros.
La pintura metalizada, las llantas de 18 pulgadas, los faros matrix led, el cargador inalámbrico, el techo solar, el navegador, los asientos de cuero con reglaje eléctrico, el asistente de aparcamiento, el head up display… todo esto se paga aparte pero sin que se dispare demasiado, algo que no se puede decir de rivales como, por ejemplo, el VW Passat, cuyos extras son más caros.
En materia de seguridad activa el Insignia está a buen nivel con varios sistemas ADAS (asistentes avanzados de conducción) como el control de crucero adaptativo, el de mantenimiento en el carril, reconocimiento de señales, etc.
El sistema Intellilink ha recibido muchas críticas entre los usuarios. En el Insignia se ha mejorado y cuenta con la última evolución. Su funcionamiento es mucho mejor que en generaciones anteriores, aunque sus menús siguen siendo menos intuitivos y requieren un período de adaptación mayor. Esto es un problema para alguien como yo, que cada semana tiene que adaptarse a un coche diferente, pero lo normal es que uno use su coche durante años, así que tampoco es un defecto muy grave que tardemos un par de semanas o tres en aprender a manejarlo cuando lo vamos a hacer después durante años.
Sí, cuenta con WiFi, así que podemos cerrarle la boca al insolente niño del vecino si nos lo pregunta. También tiene un buen equipo de sonido y un navegador relativamente eficaz, aunque introducir las direcciones en él es algo complicado.
El Insignia cuenta con el sistema de asistencia Open OnStar. Además de las funciones de llamada de emergencia y asistencia en carretera, este sistema (que requiere una suscripción) tiene otras funciones, como el poder solicitar que nos envíen una dirección al navegador, por ejemplo.
Éste es uno de los apartados en el que más brilla el Opel Insignia, que ha logrado unas cifras de consumo medio realmente buenos, aunque no se hayan cumplido los valores oficiales.
Gracias a estos valores de gasto tan ajustados y a un depósito con 62 litros de capacidad, es posible lograr con cierta facilidad que el Opel Insignia CDTi tenga una autonomía de más de 1.200 km.
Frente a los 5,1 l/100 km declarados por el fabricante, el consumo real en ciudad de esta unidad ha sido de 6,6 l/100 km. En este buen registro tiene bastante peso el buen funcionamiento del start & stop.
En carretera, los 3,9 km/h homologados son obtenibles si nos esforzamos un poco, pero lo normal es que nos movamos en el entorno de los 4,3 l/100 km, un valor muy bueno en un coche de este tamaño y peso.
Sorprende lo poco que sube el consumo en autopista al aumentar la velocidad hasta 120 km/h, lo cual demuestra que la aerodinámica del Insignia es buena y que se han minimizado las pérdidas por rozamiento. En ella, los consumos se quedan en 4,9 l/100 km, un registro excelente.
Carrocería
Largo: 4.897 mm Ancho: 1.941 mm Alto: 1.455 mm Peso (kg): 2.000 Capacidad del maletero min.(l) 490
Carrocería: Berlina Número de puertas: 5 Número de plazas: 5
Motor
Combustible: Diesel Cilindrada (cm3): 1.598 Número de cilindros: 4 Sobrealimentación: Turbo de geometría variable
Transmisión
Tracción: Tracción delantera Tipo de transmisión: Manual Número de marchas: 6
Prestaciones
Potencia (kW): 100 Potencia (CV): 136 Par (Nm): 320 Velocidad máxima (km/h): 211 Aceleración 0-100 km/h (s): 10,5
Consumos y emisiones
Urbano (l/100 km): 5,1 Carretera (l/100 km): 3,9 Medio (l/100 km): 4,3 CO2 (g/km): 129 Depósito de combustible (l): 62
Rubén Fidalgo, Autocasión.com