Los representantes de Walker®, la marca para el control de emisiones de Tenneco, quieren recordar a los profesionales del taller que el uso de filtros de partículas diésel (DPF) no homologados puede acarrear riesgos considerables de cara a sus negocios y clientes como resultado del reglamento R103 de la Comunidad Económica Europea (CEE). Tenneco, un fabricante líder a nivel mundial de componentes para el control de emisiones para equipo original y posventa, ofrece una amplia gama de unidades completamente homologadas para los vehículos de hoy en día.
“En lo concerniente a los catalizadores, DPFs independientes y componentes para la posventa que combinan el catalizador y el DPF en una sola unidad se requiere la homologación en toda Europa”, ha declarado François Vandenbroucke, director ejecutivo de producto para el control de emisiones para la posventa europea de Tenneco. “Esta regulación protege tanto al taller como al consumidor frente a posibles daños en el motor, a una eventual reducción en la eficiencia en el consumo y frente a otros problemas relacionados con productos que no son adecuados desde el punto de vista de la calidad.”
“Al utilizar una marca de renombre como Walker, se puede estar seguro de que se está adquiriendo e instalando un componente que cumple completamente con los requisitos de la CEE”, ha añadido Vandenbroucke.
El proceso de homologación, exigido por todas las naciones europeas, protege a los talleres y a los consumidores al asegurar que los componentes para el control de emisiones para la posventa ofrecen las mismas características clave de rendimiento que los correspondientes recambios de equipo original. Cada componente para el control de emisiones vendido en el mercado de posventa debe llevar indicado un código que identifique el país en el que se ha llevado a cabo la homologación así como la pertinente directriz o guía y un número de homologación.
El uso de recambios para el control de emisiones no homologados puede conllevar sanciones importantes. Por otra parte también puede arruinar la reputación de un negocio y ocasionar problemas de rendimiento del vehículo potencialmente graves. El hecho de quitar completamente un DPF de un vehículo es ilegal en los países europeos y puede tener como resultado una multa y un embargo y puede anular la garantía del fabricante y el seguro del coche.